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26/09/2018

Abonos verdes y mezclas para el otoño

El Ing. Agr. Ken Moriya, especialista de suelo del Ministerio de Agricultura y Ganadería, sostiene que en Paraguay hemos vivido un período de tiempo de mejoramiento de suelo, con la aplicación de prácticas, entre ellos el uso del abono verde, pero en los últimos años existe un estancamiento de esta práctica, sobre todo en el periodo otoño – invierno. No obstante dijo que es fundamental continuar o retomar las prácticas adecuadas para un manejo correcto del suelo, con miras a la sostenibilidad de la producción agrícola, sea en fincas con producción extensiva de granos o fincas de la agricultura familiar. Mencionó que el manejo adecuado de suelo es fundamental, y que va vinculado directamente con el contenido de la materia orgánica en el suelo. “Seguimos y vamos a seguir dependiendo de la materia orgánica, para obtener altas productividades y estabilidad en la producción,sea en épocas de sequía o de abundancia de agua de lluvia, pues la materia orgánica permite la infiltración y la retención de agua en el suelo”, resaltó. Una de las recomendaciones sugeridas para esta temporada con óptimos resultados es la mezcla de semillas de abonos verdes. Esto sugiere la combinación de diferentes especies en una misma parcela, por ejemplo: una gramínea, con una crucífera y una leguminosa (avena-nabo forrajero-lupino). Otra propuesta de Moriya es el cultivo del milleto, ya que es un abono verde que se adecua perfectamente en esas parcelas donde hubo cosecha temprana del cultivo de verano.

Diversificar las especies. Moriya sostiene que actualmente la tendencia es la diversificación de especies de abonos verdes, eso conduce a una diversificación de la población de microrganismos que tiene como retorno la sanidad del suelo, un mejor reciclado y aprovechamiento de los nutrientes, además de mejorar las características físicas del suelo por la rotación de sistemas radiculares que descompactan las camadas adensadas y forman agregados favoreciendo la oxigenación. Una de las mezclas sugeridas es la combinación de Avena, Nabo y Lupino. Se puede utilizar 50 kg/ha de avena + 60 kg/ha de Lupino amargo y 6 kg/ha de Nabo forrajero. “Con los diferentes roles que tiene cada especie, la complementación es la que permite buen resultado en rendimientos”, dijo.
Breve descripción _ Avena negra (Avena strigosa Schreb). Es una gramínea anual, de rápido crecimiento de un ciclo que varía alrededor de 140 a 150 días hasta su maduración. Requiere de suelos de fertilidad media para su buen desarrollo. Es bastante tolerante a la sequía y soporta bien las heladas moderadas. Es una planta que mejora la sanidad del suelo y promueve aumentos de rendimiento de la soja, que le sigue en la rotación de cultivos. Debido a su crecimiento rápido y efectos alelopáticos es muy eficiente en la supresión de malezas. También es una óptima forrajera para pastoreo, corte, heno y ensilado. El rendimiento de la masa vegetal verde de la avena negra común varía entre 9 y 25 toneladas por hectárea y el de masa vegetal seca oscila entre 3 y 6 toneladas por hectárea, lográndose los valores más altos en siembras tempranas y cuando se la fertiliza. _ Lupino blanco amargo. Es una leguminosa anual bien adaptada a las condiciones de clima y suelo de la Región Oriental. Posee un sistema radicular pivotante que alcanza más de un metro de profundidad. Tolera heladas moderadas. En la fase inicial de su crecimiento es sensible a la sequía pero, luego del desarrollo de su sistema radicular crece bien a pesar de defi ciencias temporales de agua. Se desarrolla bien en suelos de baja fertilidad. Su ciclo puede variar de acuerdo a la época de siembra. Puede fijar nitrógeno del aire, a través de la simbiosis con bacterias del género de Rhizobium y reciclar gran cantidad de este nutriente. _ Nabo forrajero. Es una crucífera anual, de crecimiento rápido, capaz de producir importantes cantidades de masa vegetal en suelos de media y alta fertilidad. Se caracteriza por reciclar nutrientes lavados a camadas más profundas del suelo, principalmente el nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio. En suelos de baja fertilidad se recomienda fertilizar el nabo
forrajero con fósforo y potasio a fin de crear condiciones favorables para su crecimiento y permitir que recicle nutrientes de camadas más profundas. Su raíz pivotante y profunda realiza un trabajo importante en la descompactación del suelo a través de lo que se denomina laboreo biológico. Los rendimientos de masa vegetal verde se sitúan entre 20 a 50 toneladas por hectárea y los de masa vegetal seca entre 2 a 6 toneladas por hectárea. Sus rastrojos cubren el suelo por poco tiempo porque se descomponen rápidamente. Es considerado uno de los abonos verdes que más inhiben el desarrollo de las malezas por su rapidez de crecimiento, gran producción de masa vegetal y efectos alelopáticos. _ Milleto. Es una gramínea anual de
crecimiento erecto y porte alto, pudiendo alcanzar una altura de más de 3 metros. Es una planta de clima tropical y subtropical que se desarrolla bien en suelos de fertilidad media. Es más tolerante a la sequía que el maíz y no soporta heladas. Su ciclo completo varía entre 120 y 150 días. La producción de masa vegetal verde de milleto varía de 10 a 60 toneladas por hectárea y la producción de masa seca de 4 a 14 toneladas por hectárea. El milleto es una planta sensible a foto periodo, recibe estímulo para la fl oración en días con menos de 12 horas de luz. Requiere temperaturas superiores a 20 °C para su rápido desarrollo vegetativo. El milleto además es una forrajera muy palatable, con alto valor nutritivo (de 7 hasta 12% de proteína en la materia seca). Puede ser aprovechado por los animales en forma de pastoreo, corte, heno o ensilado. No es toxico para los animales durante todo su ciclo. Este abono verde posee además alta capacidad de reciclar nutrientes, particularmente de potasio. Según Calegari (2000), en 4 toneladas/hectárea de masa seca de milleto se reciclan hasta 42 kilogramos /hectárea de este nutriente. Por su alta capacidad de producción de masa vegetal y cobertura del suelo, ofrece una excelente supresión de malezas en el cultivo siguiente. Se adapta bien como cobertura de corto periodo, pudiendo ser sembrado ante un cultivo de invierno y otro de verano.