Maquinarias

19/09/2018

Hierbas medicinales, para la salud y la economía

Las diversas plantas medicinales disponibles en nuestro país curan varias afecciones, pero su producción también sana la economía de quienes se animan a producirlas. Tiene mucha demanda y deja renta, afirma el emprendedor Esteban Gómez, quien optó por cultivar estas plantas, ante un problema de salud que le impidió seguir desarrollando su trabajo de mecánico.

El consumo de plantas medicinales forma parte de nuestra cultura. Está muy vinculado a nuestras costumbres, su demanda es creciente y algunas se volvieron escasas, ya que las cosechas constantes de las parcelas nativas y la falta de reposición pusieron a algunas en vías de extinción.

Las bondades de sus propiedades avaladas por investigadores del rubro motivan también a cultivarlas Si bien tienen la virtud de que la mayoría son muy rústicas y se desarrollan sin dificultad, para arrancar la producción el obstáculos es la disponibilidad de material de propagación. No obstante,quien se propone se rebusca y consigue. Este es el caso de Esteban Gómez, quien empezó con la actividad hace cuatro años, buscando alternativas ante un problema de salud que le impedía seguir desarrollando su trabajo de mecánico. En efecto optó por la producción de hierbas medicinales por prescripción médica. Gómez comentó a nuestra revista que luego de un accidente, su médico le recomendó dejar la actividad de mecánico y buscar una alternativa de renta con menos esfuerzo físico. Fue así que decidió cultivar las plantas medicinales, no sin antes recabar informaciones de los vendedores de este producto sobre la oferta y demanda, quienes le aseguraron la escasa oferta de las hierbas y la imparable demanda. “Ellos me contaban que los productos cosechaban de las plantas nativas en el campo, muy poco se cultivaba, y que en temporadas les faltaba producto para vender”, comentó. Esto le hizo ver a Esteban que el cultivo de este rubro podría ser una actividad potable y empezó a experimentar en un terreno alquilado de una hectárea, en el distrito de J. Augusto Saldívar, departamento Central y tuvo éxito. Cultivó las variedades más demandadas como ser: menta, cedrón Paraguay, cedrón Kapi’i, burrito y otros. “Mantenemos unas 10 variedades constantemente y todo lo que producimos vendemos en fresco”. “Hicimos una prueba de una hectárea, alquilamos con un socio una chacra donde se producían hortalizas, nos llevó tres meses aproximadamente tener las primeras ventas y nos fue bastante bien. Nunca imaginamos que iba a ser tan positivo y tan rentable”, relató. Mencionó que al difundirse de boca en boca la existencia de su cultivo la demanda fue masiva, los mismos interesados llegaban hasta la parcela a cosechar los “yuyos” y le pagan por el producto cosechado, implementando así una innovadora modalidad de coseche y pague. “Hay temporadas en que la producción está agotada”, dijo. El éxito de la primera experiencia lo impulsó a crecer con el emprendimiento y ahora está instalando otra parcela, ya en inmueble propio, en Guarambaré, también departamento
Central, donde proyecta desarrollar el cultivo con mejor tecnología, como sistema de riego por goteo y otras inversiones para producir mejor y de forma más estable. También está desarrollando otra experiencia en el bajo Chaco, concretamente en el distrito José Falcón, departamento de Presidente Hayes, asociado con el dueño de una estancia, con miras al mercado de Clorinda (Argentina), donde también se comercializa mucho el producto y se lleva del lado paraguayo. Si bien no todas las especies que tuvieron buen resultado en las parcelas de la región Oriental se adaptan al suelo chaqueño, considera que haciendo algunas correcciones al suelo, que ya están encarando, lo van a lograr.


Manejo. Mencionó que el manejo del cultivo no es difícil, se le aplica una fertilización natural de gallinaza, requiere de buen riego y limpieza manual. Afirma que la producción de plantas medicinales es una excelente alternativa para la agricultura familiar, donde se puede emplear a todos los miembros de la familia. Entre las dificultades para la producción resaltó la escasa disponibilidad de semillas, que en principio consiguió con los pequeños productores de San Pedro, quienes producen también, pero no pueden vender en fresco por las distancias de los centros urbanos, que son los lugares de mayor comercialización. En el proceso de exploración sobre el rubro conoció al Ing. Juan Carlos (Caio) Scavone, quien lo orientó en muchos aspectos para la sostenibilidad de su producción. Gómez reiteró el entusiasmo por esta actividad, alabó su rentabilidad e invitó a otros emprendedores a sumarse a la actividad, porque hay un mercado insatisfecho.