El sector lácteo paraguayo no escapa de los efectos provocados por el Covid-19, aunque supo capear las primeras semanas después de iniciadas las medidas sanitarias locales, en la opinión de referentes del país. Es más, los actores principales del quehacer lechero, consideran que la actividad es una pieza clave para la reactivación económica local.
Sobre las perspectivas para la temporada, se proyecta un crecimiento industrial de al menos 5%, con un procesamiento actual en torno a 2,5 millones de litros de leche por día. Adicionalmente, las empresas vienen realizando ajustes a sus inversiones, dada la coyuntura, pero ello no impide seguir con algunos proyectos, entre ellos grandes como avances en nuevas plantas de leche en polvo o de innovación en gama de productos, no novedades a ser lanzadas al mercado en el corto plazo.
Desde la perspectiva del tambero, si bien los números dan para cierto equilibrio, consideran que se espera un mayor beneficio para tener mejor respiro, sobre todo para enfrentar nuevas inversiones. En general, la aplicación de medidas sanitarias no significó grandes cambios en la cadena productiva, porque de hecho muchas de ellas ya se venían aplicando, justamente por tratarse de la obtención y la manipulación de alimentos para garantizar su inocuidad.
En tanto, las existencias locales aumentarían, lo que presionaría a buscar, apenas se pueda, nuevos destinos para colocar la producción. El desafío global del sector lácteo es competir con otros tipos de alimentos y con debates sobre su aporte a la salud. A nivel interno, el reto sigue siendo la necesidad de mejorar el consumo, que se ubica en torno a 120 litros por persona por año, frente a los 150 o 180 litros per cápita anual recomendado.