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31/01/2019

Champiñones rentables en Paraguay

La producción de champiñón no es tradicional en Paraguay; Sin embargo, es posible desarrollar técnicas adaptadas que forman parte del cultivo moderno. Así se demuestra la experiencia de un emprendedor que se está cosechando unos 1.500 kilogramos mensuales, una rentabilidad rentable y un proyecto para crecer con el cultivo para fomentar su consumo y producción en el país.

La producción de hongos comestibles es una actividad que fue ganando espacio en el mundo, genera divisas para sus productores y ocupa una importante cantidad de mano de obra. El continente asiático lidera su producción y consumo, le siguen Europa y América del Norte.

Sin embargo, su producción comercial también es posible en Paraguay. La experiencia de Tito Martínez Lemir, quien arrancó con la actividad hace poco más de dos años, logra buenas cosechas, ganancias, genera empleos, difunde su consumo y bajó el precio a nivel local.

Se proyecta a incrementar  la producción y se invita a más paraguayos a fomentar su cultivo  por ser considerado un alimento nutraceútico.

Tras 15 años de ejercer su profesión decidió buscar nuevas alternativas para mejorar su calidad de vida y de los compatriotas, según afirmó el mismo. Al tener conocimientos básicos sobre los beneficios saludables del hongo comestible, decidió investigar sobre su cultivo. Para conocer más sobre el mismo, se trasladó a Uruguay donde permaneció durante tres meses para incorporar el know-how.

Comentó que el champiñón es de un clima frío, húmedo y Paraguay no tiene esa condición, pero los países vecinos producen bajo el sistema de cultivo moderno.

Cultivo moderno. El cultivo moderno del champiñón requiere toda una técnica y es la que Martínez implementa en su empresa Altos, en Luque, departamento Central. Este sistema de producción se desarrolla en ambiente controlado que permite la cosecha en dos meses.

Comentó que bajo este sistema de producción se controla la humedad, el dióxido de carbono y la temperatura. En ciertos momentos varían los tres. “Por ejemplo cuando la semilla está incubando, el dióxido de carbono tiene que estar elevado, tiene que estar a 5.000 partes por millón y cuando empieza la producción, se reduce a 1.200 y 1.000 partes por millón el CO2. La temperatura también varía, mantenemos 25 grados C en incubación y en producción 17 grados. Con la humedad ocurre lo mismo, varía entre 90% y 96% en incubación y de 85% a 90% en cosecha”, relató.

Tito Martínez Lemir, productor.

Proceso del cultivo. El proceso de producción arranca con la preparación del compost. El 80% del éxito de la cosecha del champiñón depende del mismo y no es fácil, ya que el champiñón no se alimenta de la vitamina, ni de toda la proteína que tiene el compost, sino del nitrógeno que contiene, con una relación de carbono. Esta firma realiza el compost desde el pasto camerún, que pasa por un proceso de pasteurización y una vez logrado el compost ideal, se carga una bolsa con la semilla que es el micelio.

Semillas. Las semillas se producen de las esporas, que el mismo champiñón va soltando. “No es una semilla física, es invisible al principio, pero se puede volver visible cuando se fija en algo. Nosotros le llamamos semillas, pero se propaga por micelios. Fijamos previamente las esporas en semillas de trigo”, dijo.

Mencionó que esos micelios fijados en semillas de trigo son incorporados en el compost, que al cabo de 15 días, con temperatura controlada y ambiente controlado, empiezan a tomar todo el compost, tornándolo blanco, con una apariencia de telaraña que se expande sobre el compost. Cuando eso pasa, significa que el compost está listo para pasar en segunda fase.

Segunda fase. Aquí se coloca una turba rubia (un material orgánico rico en carbono) cuyo objetivo es de retener agua sobre el compost. Cuando más agua retiene es mejor para que el micelio se convierta en champiñón.

La turba tiene un espesor de 4 centímetros por cada bolsa y en 15 días aproximadamente el micelio empieza a tomar la turba y salen los primordios, luego ya crecen los champiñones. Desde que se instala la turba tarda unos 20 días para que salgan los primeros champiñones.

Cosecha. Este productor logra dos cosechas de cada cultivo. La primera realiza durante una semana que empiezan a salir los champiñones, después de 4 a 5 días vuelve a dar otro flujo más abundante. Si bien permite una tercera producción, ya no es conveniente cosecharlo, es desechar y arrancar de nuevo el proceso.

El emprendimiento dispone de 5 salas de producción con capacidad de unas 400 bolsas cada una, de las cuales mantiene en producción permanente unas tres, las otras dos son utilizadas para incubación y apoyo. De cada sala logra unos 20 días de cosecha continua que va rotando permanentemente.

“Nosotros logramos aproximadamente 20 días de cosecha de cada sala, después vaciamos, desinfectamos completamente, porque el champiñón es muy delicado y fácilmente se contamina”, dijo.

Los champiñones Cosecha 19 avanzan hacia su tercer año de experiencia y segundo de producción comercial con calidad. “El primer año fue experimental y desde hace más un año producimos continuamente”, dijo.

Comercialización. Martínez comentó que el 50% de la producción lo comercializa en los restaurantes y la otra mitad a los supermercados. La producción promedio es de 1.500 kilogramos por mes, con lo cual cubren la demanda local y tiene producción sobrante, por lo que analizan otros procesos como el secado.

Mencionó que el paraguayo no está muy acostumbrado a consumir hongos, pero hay que hacerlo porque es muy beneficioso para la salud humana, son ricos en proteínas y todas son asimilables en el cuerpo. El precio actual está en unos 120.000 guaraníes el kilogramo, que significa la mitad de lo que costaba el producto importado, antes de la producción de Cosecha 19.

El productor que abastece a los restaurantes locales comentó que Paraguay está evolucionando hacia la gastronomía Gourmet y el hongo es un producto muy consumido en la gastronomía universal, además permite una infinidad de platos y garantiza una alimentación saludable y estable.

Altos. Altos E.I.R.L. es el nombre de esta empresa productora de champiñones, cuyo objetivo es lograr un producto beneficioso para la salud. Las primeras metas están cumplidas, la actividad es rentable y en poco tiempo logró reducir el 50% del valor comercial del producto en el mercado, emplea a unas 10 personas en forma directa y toda la utilidad se reinvierte en busca de una mayor producción y consumo, ya que el objetivo principal es brindar beneficio a la sociedad.

Más variedades. Los champiñones son los hongos comestibles más consumidos en el mundo, pero también hay otros como los hongos portobello que ya se han de tener en cuenta y se han dado los primeros pasos en los hongos shiitake, el de mayor consumo en Japón, también el país de mayor consumo de percápita de hongos Comestibles por habitante.

Otra meta es lograr aumentar el consumo local, para las campañas permanentes de degustación. También tenemos charlas y cursos con el objetivo de enseñar a la gente que hay otra alternativa de producción. "Me gustaría que las personas produzcan champiñón en sus casas, nosotros vendamos el compost y le compramos nuevamente la producción, para que se propague la producción y se fomente el consumo" , enfatizó.