Y es por ello loable que el mensaje de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) tenga presente que en medio de los festejos (virtuales o presenciales) se tenga presente el llamamiento “para reconstruir y rendir homenaje a los héroes de la alimentación”. Y aquí sería bueno realizar una pequeña discriminación para enfocarnos en aquellos héroes vinculados a nuestro sector. Sin dudas en la base está el productor, ese que día a día con poca o mucha tecnología se sacrifica con la convicción que su trabajo es fundamental para responder a una de las necesidades más básicas de la vida. Cuánto se podría escribir sobre su noble labor. Pero nobleza obliga igualmente a resaltar a aquellos profesionales que dedican tiempo y conocimientos para buscar alcanzar la tecnología requerida para alguna tarea específica y que contribuya a ser más eficientes en el procesamiento de alimentos. También es un momento ideal para recordar a quienes se dedican a acercar insumos y servicios a constituirse en puentes entre productores y consumidores, cuya intervención no busca sacar ventajas más allá de lo que honestamente les corresponde. Así la lista puede seguir y no habrá suficiente tinta y papel para señalarlos y, mucho menos, agradecer por todo cuanto hacen. Ese Día de la Alimentación debe ser aprovechado para reflexionar ciertamente sobre la importancia de seguir combatiendo pobreza y hambre, pero también para rendir homenaje a millones de héroes anónimos.