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29/08/2022

Bioestimulante: la nueva tecnología para una mejor agricultura

Para satisfacer una demanda de alimentos que crece en forma exponencial, la agricultura requiere productores cada vez más proclives al conocimiento y a la adopción de nuevas tecnologías que permitan ganar tal productividad al menor impacto ambiental y con el mínimo riesgo para la salud de la población.

En el marco de este desafío, Rizobacter, una subsidiaria de Bioceres Crop Solutions Corp. y líder mundial en soluciones biológicas para la agricultura, avanza en el estudio aplicado de las tecnologías bioestimulantes a partir del desarrollo de Vitagrow, un fertilizante foliar orgánico-mineral que actúa como bioestimulante, antiestresante, detoxificante y de nutrición complementaria en los cultivos.

En términos funcionales, los bioestimulantes son sustancias de origen natural que, al aplicarse en pequeñas dosis, mejoran el crecimiento y desarrollo de las plantas, es decir, promueven procesos intermedios que conducen a beneficios finales positivos como el aumento de rendimiento o de la calidad de los granos obtenidos.

De acuerdo con la bibliografía, las moléculas con efecto bioestimulante son variadas en cuanto al tipo y pueden provenir de diferentes orígenes. Se destacan ácidos húmicos y fúlvicos –componentes de la materia orgánica–; aminoácidos y mezclas de péptidos; betaínas, poliaminas y aminoácidos no proteicos; productos basados en extractos de plantas y algas; hormonas de crecimiento (auxinas, giberelinas, citocininas) y esteroles; quitosanos y otros biopolímeros; compuestos inorgánicos como selenio y silicio (nutrientes benéficos que no califican como esenciales para todas las plantas); hongos y bacterias benéficos y metabolitos de degradación microbiana.

Desde el punto de vista bioquímico, un bioestimulante es un compuesto químico que la planta identifica como propio a través de receptores. Dentro de cada célula, la señal generada por el bioestimulante es percibida por un receptor –que puede ser una proteína o un pigmento asociado a una proteína sensible a una señal específica de la molécula orgánica que conforma el bioestimulante– y produce una respuesta, que se manifiesta en un cambio en el patrón de crecimiento o desarrollo del cultivo.

En el caso de Vitagrow, el origen de la fracción orgánica de su molécula proviene de las sustancias húmicas acumuladas en los bosques nórdicos implantados para su procesamiento en la industria papelera. Se trata de la reutilización de subproductos ricos en lignina desde donde se obtienen lignosulfonatos, polímeros de altísima calidad biológica sobre los cuales se quelatan 16 macro y micronutrientes esenciales.

Entre los beneficios que genera, Vitagrow tiene un efecto bioestimulante sobre el cultivo: incide en la expresión de genes claves y genera efectos positivos sobre su fisiología, que permiten mejorar la eficiencia energética y la absorción de nutrientes y así promueven un mayor crecimiento de las plantas.

De igual modo, actúa como antiestresante al favorecer la estabilidad nutricional y metabólica del cultivo. Estas condiciones crean un estado fisiológico de confort que minimiza el impacto de los factores de estrés que restringen la productividad como baja humedad a la siembra, períodos secos o muy húmedos, suelos de baja fertilidad, altas temperaturas, encharcamiento o excesiva presión de enfermedades.

Respecto del efecto desintoxicante, Vitagrow morigera y hasta impide la aparición de síntomas de fitotoxicidad causados por el carry de moléculas residuales o por la aplicación de herbicidas postemergentes, que pueden retrasar o perjudicar el correcto desarrollo de las plantas. De esta manera, mejora la efectividad de los tratamientos con fitosanitarios y favorece la rápida cobertura y competencia por parte del cultivo.

André Zabini, director técnico de Agronómico S. A., realizó pruebas de campo en Nueva Toledo y Hernandarias con Vitagrow en soja durante dos zafras consecutivas (2019-2020) y en maíz en la segunda zafra de 2020. El investigador señaló que, en soja, se registraron incrementos de productividad en ambas condiciones, con y sin estrés hídrico, pero con tendencia de resultados más expresivos en condiciones de menos estrés. En el caso del maíz, Zabini destacó que Vitagrow demostró un efecto positivo con incrementos de rendimiento en un contexto climático marcado por períodos largos de estrés hídrico y altas temperaturas.

A los ensayos de André Zabini, se agregan los realizados por Stella Candia en la zona de Bella Vista. En ambos casos, en promedio, se obtuvieron diferencias productivas del 5 al 10% a favor de Vitagrow frente al testigo absoluto y a las formulaciones de la competencia en aplicaciones de fitosanitarios únicas tempranas (V4-V6) o combinadas con una segunda aplicación en R1.

Por último, cabe señalar que los tratamientos se sumaron al uso de diferentes fitosanitarios (fungicidas, herbicidas e insecticidas) y permitieron mostrar la total compatibilidad de Vitagrow con las moléculas comúnmente utilizadas.

 

Por Fernando Sánchez
Gerente global de la Línea Nutrición y Bioestimulación de Rizobacter