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07/02/2023

Desde Itapúa promueven el consumo responsable de yerba mate orgánica.

Para garantizar la vida en el planeta es necesario cuidar el agua, el suelo, el monte, y el aire, además de la manera en la que estamos acostumbrados a producir. La crisis climática imprime con pasos acelerados su presencia en los territorios y diferentes hábitats. Los fenómenos extremos están llevando a personas y organizaciones a que contribuyan con una solución a esta problemática, mejorando sus procesos.

En noviembre pasado, integrantes del Laboratorio Ciudadano de Edelira e Itapúa Poty, impulsado por la Asociación Oñoirū, con el apoyo del Laboratorio de Aceleración del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del programa Tavarandu y Cultura y Participación (CyP), llevaron adelante un proceso participativo de cocreación de soluciones a desafíos locales de desarrollo sostenible.

Mediante este proceso, definieron priorizar acciones para abordar el problema de la producción y la comercialización de yerba mate cuya debilidad genera desempleo y desarraigo juvenil. Se propuso realizar dos acciones para visibilizar la problemática y buscar incidir en las políticas públicas de instituciones locales y nacionales.

La primera acción es la campaña de sensibilización que tiene por objetivo fortalecer la producción agroecológica, fomentar el consumo responsable y practicar el comercio justo, tres componentes que apuestan a cambiar la realidad e involucrar a la comunidad agrícola, los consumidores y las instituciones públicas y privadas.

La segunda iniciativa tiene que ver con la imagen del producto estrella del gremio, su yerba mate agroecológica, que cuenta con certificaciones que le permiten exportar a países como Rusia, Polonia, Canadá, Estados Unidos y otros. “La cultura yerbatera que da vida”, es el lema que se promueve para presentar un envase renovado en papel Kraft, que mantiene la textura, el olor, el sabor y la durabilidad del producto.

Con ella se busca instalar en la ciudadanía la importancia de la alimentación saludable y el cuidado del medioambiente, además de dar visibilidad a la nueva dinámica del circuito para ofrecer en el mercado productos desarrollados con buenas prácticas ambientales, amigables con la naturaleza y un rostro más humano de comercialización.

El aumento de la venta de estos productos orgánicos es una oportunidad para que las familias campesinas dedicadas a este rubro no tengan la necesidad de migrar en busca de mejores horizontes hacia centros urbanos o tierras extranjeras, sino vivir dignamente del fruto de su trabajo con seguridad y soberanía alimentaria.

En ese sentido, en alianza con Paraguay Orgánico, Cenconori, Codes, la Central de Cooperativas del Nordeste de Itapúa y el apoyo de la Municipalidad de Edelira apuestan por esta campaña que marcha según las necesidades de los tiempos. Cada granito de arena suma en el afán de instalar el mensaje que se desea: buscar consumidores conscientes que acudan a espacios de comercio justo donde encuentren bienes con un impacto positivo en la biodiversidad y la economía de familias campesinas.

Un esfuerzo en conjunto

El laboratorio de Edelira e Itapúa Poty es parte de Hechakuaa, un laboratorio Ciudadano de Tavarandu que articula a diversos actores sociales en torno a desafíos de desarrollo sostenible. El equipo impulsor en estos distritos se encuentra a cargo de Oñoirũ, conformada por 136 familias campesinas (40 de ellas con fincas orgánicas certificadas) y conocida por la industrialización de la yerba mate y otros productos que no utilizan insumos químicos en ninguna etapa del proceso.

Asimismo, Hechakuaa es coordinado por la CyP para fortalecer de capacidades para la innovación y la gobernanza participativa en gobiernos y comunidades locales, desarrollado por el laboratorio de aceleración del PNUD y otras las organizaciones como Alma Cívica y GirlsCode, en alianza con la plataforma digital Decidim, la Universidad Nacional de Itapúa (UNI) y la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE).

Fuente: La Nación.