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08/08/2022

Segundo semestre se viene con un panorama bastante sombrío para la industria aceitera

Las estadísticas disponibles al cierre del primer semestre del 2022 ya muestran una porción del impacto total que tiene en la industria aceitera y en toda la cadena de valor la pérdida de más del 60% de la producción de soja en esta campaña. Sin embargo, el segundo semestre será todavía más complicado ya que los volúmenes declarados de procesamiento y exportación de granos ya representan más del 80% de la estimación de producción agrícola. Con esta situación, la mayoría de las industrias asociadas a la CAPPRO tienen previsto seguir procesando solamente hasta mediados de agosto, aunque algunas podrían ir incluso por un tiempo más. Igualmente, todo esto sería a un ritmo muy inferior al que normalmente se registraba en las industrias; así como ha venido sucediendo en la mayor parte de este 2022, que cerró con disminución en la molienda en 4 de los 6 meses cerrados en comparación a un año pasado donde se había dado un retraso en la cosecha que impidió una operación normal los dos primeros meses.

En medio de este panorama, se espera que la molienda cierre el año con el peor resultado desde antes de que se realicen las inversiones a principios de la década pasada en el país, que ubicaron a la industria aceitera en una capacidad de procesamiento superior a los 4 millones de toneladas (además de convertirla en la actividad industrial con mayor saldo de inversión extranjera directa). Con esto, las industrias atravesarán por una situación prácticamente sin precedentes de tener que suspender sus operaciones por falta de materia prima varios meses antes de las paradas programadas para realizar mantenimientos que habitualmente se daban recién en la segunda quincena del mes de diciembre y que no duraban más que 30 días a la espera de una nueva zafra

Segundo semestre se viene con un panorama bastante sombrío para la industria aceitera Se espera que la molienda cierre el año con el peor resultado desde que las inversiones ubicaran a la industria aceitera en una capacidad de procesamiento superior a los 4 millones de toneladas. ban más que 30 días a la espera de la nueva zafra. Esta parada obligada y no programada implica también una reducción de la demanda de servicios externos, que pone en riesgo los puestos de trabajo que se generan gracias al procesamiento de oleaginosas, además de los trabajos directos en las fábricas. Desde la CAPPRO estamos convencidos de que en el futuro estas situaciones se pueden evitar o minimizar, para lo cual una política industrial que le permita al sector competir en igualdad de condiciones con las industrias de otros países por el abastecimiento de materias primas es de vital importancia y permitirá la consolidación de la actividad y el desarrollo de toda la cadena de valor.

Fuente: Cappro.